domingo, julio 21

VEJEZ

Queridos hijos, por favor y mientras lo podáis evitar, cuando me haga mayor, no me llevéis a un aparcadero de almas, a una guarderia de viejos, no me convirtáis en una cita de sábado, en una obligación y un esfuerzo,  no dejéis que me cuiden extraños, por muy amables que sean, que te hablan como si fueras un niño de 4 años, que te anulan la voluntad y te vigilan hasta los sueños,  no permitáis que de besos a una muñeca como una niña cuajada de arrugas, que grite al aire desde una silla con ancla al pasado, que pase las horas muertas mirando hacia al ascensor esperando una visita que rompa la rutina de los zumos, el cambio de pañales, la medicina y el sueño.

Si un día se me empiezan a olvidar las cosas no me dejéis en una habitación pequeña con post it pegados en fotos y objetos, no me habléis alto para explicarme las cosas y susurréis al hablar de mi entre vosotros, no dejéis que me pierda en una maraña de caras y de recuerdos, si véis que me marcho al pasado y no vuelvo, atadme con hilo de caña, sujetadme con fuerza del pelo, buscadme entre las esquinas de mi patio de colegio, en mis recuerdos de niña, bajo las caracolas de mi playa de pequeña, buscadme bien, estaré escondida en los brazos de mis abuelos, no dejéis nunca que confunda vuestras caras, que olvide vuestros besos, que vuestra luz, la única que ilumina el mundo, se apague en el fondo de mi cerebro.

Se que quizá algún día no os quede más remedio y confío en que sabréis decidir lo mejor, pero si podemos elegir,  cuando nos volvamos viejos, plantadnos junto al laurel del jardín, mirando hacia las estrellas, regadnos con algún beso, abonadnos con cientos de abrazos y con el cariño de algún nieto, dejad que nos cojamos las manos, mantenednos cerca, dejadnos ser parte aún de vuestras vidas. Prometemos quejarnos poco.  Cuando se cambien las tornas, recordad los miles de noches que pasamos abrazados, los miles de pañales cambiados, las noches de fiebre que pasamos en vela, las risas cómplices, las vacaciones, lo que consuela un abrazo despues de una caída y una mano tendida cuando tienes miedo de algo, recordad que os hemos querido más de lo imaginable, que sois todo lo que tenemos en la vida.

Ojalá esa vejez infame que te convierte de nuevo en un niño grotesco tarde mucho en llegar, ojalá veamos crecer a vuestros hijos, ojalá la enfermedad nos perdone, ojalá podamos elegir, vosotros y nosotros, nuestro destino, ojalá nunca tengamos que decidir hacer lo único que uno puede hacer sabiendo que es lo que nunca debería haber hecho. 

Y si algún día tenéis que hacerlo, si no os queda otro remedio, si no podéis cuidarme en casa, si no se puede hacer nada más, prometo que os querré igual, que os lo perdonaré todo, se que me cuidarán bien, y allí me iré a depender de la amabilidad de los extraños,  pero con el poco aliento y sentido que me quede espero poder escapar de noche como una vieja india Navaja a morir entre los árboles sin hacer un ruido y sin molestar a nadie.


4 comentarios:

  1. Acabo de leer tu entrada sobre la vejez y me ha parecido horrible..perdona.
    Soy fisioterapeuta y trabajo a diario en una residencia de personas mayores. Me parece muy muy triste que se pueda ver la vejez como tu la ves. Cada dia voy con ilusion al trabajo...porque me encanta. Es una de mis razones de vivir. Soy católica y agradezco cada dia la oportunidad q tengo para darme a los demás. La vejez es una etapa maravillosa en la q puedes aprender mas de lo q te imaginas..la maravilla de la humildad. Q nos hace mas felices. Me ha dolido mucho lo de "esa vejez infame que te convierte de nuevo en un niño grotesco" . Desde luego no puedo valorar a las personas en funcion de su utilidad..menospreciando a la persona calificada de no util.
    Las personas no son mas q instrumentos para el amor.
    Yo tambien soy madre de familia numerosa y lo unico que deseo es que mis hijos conozcan el amor de Dios..que no pide cuentas..porque eso les dictara lo que tienen que hacer en su corazon.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Maria. Admiro de verdad tu trabajo y el de tantas personas que se entragan a los más necesitados. Quizá no me he expresado bien, no desprecio en absoluto la vez y, mucho menos, a las persona mayores. Doy gracias a Dios por cada dia que pasé con mis abuelos, aun cuando mi abuela estaba ya refugiada en los recuerdos de su infancia y por cada dia en el que aún puedo disfrutar de mi tia, a la que adoro por encima de todo. La vejez puede ser una etapa maravillosa y puede tambien ser horrible. Encontrarte solo, lejos de tu familia rodeado de extraños, desvalido, necesitando ayuda para todo como un niño, sin libertad para moverte, para decidir, limitado por tu cuerpo y tu mente.... No le quito valor a nadie, ni mucho menos, ojala todos pudieramos vivir nuestra vejez en pleno uso de nuestras facultades y rodeados de los que amamos. No menosprecio a nadie, Dios me libre, cada ser humano encierra todo lo más hermoso y lo mas valioso en su interior, a cualquier edad. Pero no quiero para mi esa vejez en una residencia con la cabeza perdida y rodeado de extraños, por muy amables que sean Es una opcion y un sentimiento personal, en ningún caso, un juicio sobre el valor de otra persona.

      Eliminar
  2. Perdona si te he molestado con mi comentario. Creo q compartimos que tanto la elección de cuidar de un anciano enfermo como la de tener familia numerosa, como la de adoptar a un niño es una posibilidad que nos da Dios para crecer como personas y para acercarnos más a Él..Es la actitud de la Virgen Maria que, como madre, siempre se encuentra en disposición para servir en cualquier situación..y eso es lo que la convierte en madre..su capacidad para dar su vida por los demás (no el hecho de dar a luz a un niño).
    Espero que podamos seguir tu y yo teniendo esa posibilidad de ser madres..con y sin hijos.. siempre. En la precariedad de no saber si hacemos siempre lo correcto y fiándonos de que alguien aboga por nosotros para que nuestros hijos crezcan con verdaderos valores humanos. Un abrazo . Maria

    ResponderEliminar
  3. No sé si seguir leyendo tu blog porque aquí sigo desde que empecé hace rato. Esta entrada me ha emocionado muchísimo y mira que venía de reírme a carcajadas con el Protos. Yo lo he entendido todo a la perfección, tienes un don para empatizar. Eso o yo estoy más sensible de lo que me pensaba. Nunca imaginé que una mujer de éxito, fuerte, arrolladora como tú pudiera tener esta otra cara. Quizá no debería seguir leyendo, pues no quiero ponerte en un aprieto, pero no lo puedo evitar. Tú sabes mejor que nadie que me permito media hora libre al día jajajajaja y este plan nocturno de lectura me está deleitando tanto o más que un buen libro. Me vuelvo a la sombra... (pero creo que seguiré hasta la última letra)

    ResponderEliminar

Gracias por enviarme tus comentarios y perdoname si tardo en subirlos. Lo haré lo antes que pueda. Espero que estés disfrutando el blog.