Tras una larga semana de nervios, por fin llegó el sábado pero, oh desdicha, la esperada amiga llega tarde. Despues de 3 horas de ¿cuánto queda?, llegan por fin las cinco y el timbre no suena. Cinco y diez, cinco y cuarto.... nada.... No creo que ni Margarita Xirgu ni Sarah Bernhardt en toda su grandeza fueran jamás capaces de representar sobre un escenario todo el abanico de sentimientos humanos desde la preocupación a la conjoga y desde la angustia a la desesperación más absoluta como mi princesa esta tarde de sábado. ¡ Qué actuación!
- No viene, mami.... No viene. - gimotea mi pequeña angustiada- No nos va a dar tiempo a hacer todo lo de la lista.... ¿y si no viene...?. Llama a su madre, por favor, dile que venga ya..... No aguanto.... Nos tienes que dejar acostarnos más tarde, hay que hacer todo lo de la lista...... ¿Por qué no viene....?. Llama otra vez, manda un mensaje....
Tras más de una hora de sufrimiento y SMS, por fin suena el timbre.... Puntualidad española. El cielo se abre, mi niña ve la luz, agarra a su amiga y se pierden por el pasillo dispuestas a empezar a tachar actividades de la famosa lista.

Pero el mejor momento de la noche llega a la hora de cenar, cuando nos sentamos a comer las deliciosas pizzas que hemos preparado con nuestras propias manos.
- Mmmm, que rica nos ha salido... ¿Katie es adoptada? - pregunta la amiga de mi hija sin solución de continuidad. Katie ni pestañea
- Si, es adoptada
- ¿Y por que no la quería su mamá...?
Siento un pellizco en la boca del estómago y como si el tiempo se parase de pronto, Nico nos mira queriendo entender. Hablamos del tema con normalidad pero estas preguntas asi a bocajarro.... Miro a Katie de reojo, intentando no darle importancia. LA pregunta, la que Katie no nos ha hecho hasta ahora abiertamente flota en el aire. Seguro que es cuestión de segundos pero a mi me parecen horas
- Si la quería pero .. - empiezo a decir
- Te he dicho un montón de veces que si que me quería, que me quería mucho pero no me podía cuidar y quería que tuviera una familia.. - responde tranquilamente y con total convencimiento mi princesa
- Ah si, y que vosotros la queríais muchisimo
- La buscamos por todo el mundo - continuo yo
- Y me encontraron en Kakajstan. Y ya te he contado que hacía muchisimo frio cuando fueron a buscarme, ¿verdad mami?. Hacía tanto frio que a mi madre se le congelaban las pestañas ¿a que si?
Y asi, sin más, seguimos la conversación sobre el frío feroz de Astana, derivamos hacia Frozen y acabamos hablando de Tino de Parchís, sin dramas, con total naturalidad. Mi hija, mi tesoro kazajo me ha dado de nuevo una lección de aplomo y madurez.
No sé que vendrá más adelante, que preguntas le surgirán a esta niña inteligente, fuerte y valiente pero hoy, nuestra hija me ha demostrado que es feliz, sabe que tiene una familia que la adora y que jamás va a fallarle, sabe que es querida, sabe de donde viene y el camino que la ha traído hasta aquí, y sabe que estamos juntos para siempre.
Mientras se preparan para el desfile de moda a ritmo de JLo, le mando un mensaje a mi marido, que está en Londres trabajando: "Nuestra hija es feliz. Debemos estar haciendo las cosas medio bien".
hola! soy Olga de cinco no son multitud. En mi ultimo post te he dado un pequweño premio, pásate y lo ves. saludos
ResponderEliminar