sábado, marzo 8

LENGUAJE SENSIBLE


Venía oyendo un interesante reportaje en la radio ayer con motivo del Dia de la Mujer trabajadora sobre como Cruz Roja está desarrollando una actividad alertando sobre los vicios y malicias del lenguaje, en concreto, sobre como el lenguaje patriarcal y machista influye en el rol y la visión de la mujer en la sociedad. Creo que poca gente podria acusarme de ser machista o de no defender a capa y espada  los derechos de la mujer pero con todos los respetos, la mitad de lo que escuché me pareció una gilipollez.
Tenemos un idioma maravilloso, rico y lleno de matices, un idioma que se declina en número y también en género. Los anglosajones no tienen este problema ya que en la mayoria de los casos sus nombres son neutros. Seguro que los convencionalismos de nuestro idioma derivan de otras épocas, no niego que de tiempos patriarcales, pero de ahí a tener que multiplicar por dos nombres, pronombres y adjetivos  para no herir sensibilidades, creo que hay un trecho.
¿Estoy inculcando valores machistas a mis hijos e hija cuando digo en genérico: “HIJOS, os quiero”?, ¿se siente mi hija discriminada, vulnerada en sus derechos fundamentales cuando aseguro “ os quiero a TODOS por igual?, ¿no debería darse por aludida cuando grito enfurecida “apagad TODOS el ipad y a la cama”?. ¿Pensará todo el mundo que minusvaloro o directamente ignoro a mi princesa cuando me preguntan por mi familia y comento “los NIÑOS están fenomenal, muy mayores y guapísimOS”?.
Amo la lengua castellana, se que las palabras definen, nombran, hieren, animan, distinguen, etiquetan, comparan, denotan, consuelan, elevan, desprecian, enamoran y destruyen. Se que las palabras pueden usarse como el peor de los látigos o el más curativo de los bálsamos. No menosprecio ni su impacto, ni su importancia. Pero pongamos las cosas en su justa medida, hagamos evolucionar el lenguaje al ritmo de los tiempos pero también del sentido común.
Antes de destrozar el lenguaje, cambiemos las actitudes, las connotaciones, los prejuicios, ya que si no seguiremos siendo perfectamente capaces de encontrar nuevas palabras y expresiones que excluyan, discriminen y menosprecien aunque las declinemos en ambos géneros.
Estamos llegando a un extremo en el que un equipo de futbol femenino acabará siendo una equipa. Si los pájaros son macho, ¿ya no se les puede decir las aves?. ¿Un delfín hembra será ahora delfina?, y una ardilla macho será un ardillo?.
Pero por si acaso mi actitud está condicionando a mis hijos e hija hacia valores y actitudes contrarias al apoyo a la diversidad de género o mi escepticismo respecto al lenguaje sensibilizado hacia la defensa de la mujer está perpetuando actitudes machistas, diré para la posteridad que amo a todos mis hijos y toda mi hija por igual, que los dos y la una son guapos y guapa a rabiar, que todos y toda alegran cada uno de los días de mi vida con su sonrisa, que espero que se conviertan en hombres y mujer de provecho y en bellísimas y bellísimos personas y personos.(¿o persona se puede decir?, ¿no es femenino y por tanto excluyente de los varones?)
Y, por supuesto y a pesar de las limitaciones y vicios del lenguaje, no dejaré de repetirle ni un solo día a mi hija que no existe limite ni barrera en el mundo que le impida hacer aquello con lo que sueña, que tiene dentro de ella la fuerza y la capacidad de luchar por lo que quiere y por aquello en lo cree, de no conformarse, de demostrar lo que vale, de ser la mejor versión de si misma y de cambiar el mundo, si eso la hace feliz. Es decir, lo mismo que le digo a sus hermanos.
Feliz Dia de la Mujer Trabajadora.