domingo, junio 8

EXPECTATIVAS

Ya tengo asumido que si me tocara examinarme de selectividad hoy, igual no llegaba ni al suficiente raspado, que para los deberes de Mates pasado cuarto de Primaria mi hijo lo tiene crudo conmigo, (no veo el momento de que empiece con Filosofía o Historia del Arte pere creo que antes nos vamos a tener que enfrentar con mi bestia negra, la Física...). Ya he explicado que para las Manualidades, tampoco se puee contar mucho conmigo, soy de idea fácil y ejecución más que deficiente, y además, saca lo peor que hay en mí, maldigo, insulto y suelto todo tipo de barbaridades poco edificantes en cuanto se me pega mal la cinta de doble cara o se me tuerce el palito... Todo esto ya lo tengo asumido pero esta semana me han lanzado un nuevo reto: el moño de ballet.

Yo hice ballet toda mi infancia pero no tengo recuerdo alguno de quien me hacía los moños, supongo que mi madre, y desde luego, nunca aprendí a hacerlos. Una página entera de instrucciones me han mandado sobre cómo debía ser el moño, y mi hija, que como poco debe ser obsesiva-compulsiva, no perdona ni una especificación: moño bajo, sin raya, todo el pelo recogido, gomas y horquillas negras, ni un pelo suelto, con redecilla....

- Uff, Katie, yo no se si voy a saber hacer esto, ¿no te lo pueden hacer en el cole?
- NOOOO - aulla mi hija en modo Sarah Bernhardt - No, ha dicho que mi profe que lo tienen que haceer las madres, hay que llevarlo hecho por la mañana, ¡lo tienes que hacer tú!

No hemos metido en youtube y hemos visto varios tutoriales, gente haciendo cosas rarísimas con un calcetín roto, moño italiano, moño deshecho, moño Gwyneth Paltrow recogiendo el oscar... hay que ver estas niñas americanas que maña se dan para el pelo....

- ¿Lo ves?, es muy fácil....yo se pero no me lo puedo hacer a mi misma.... - dice mi niña con mirada acusadora
- Ya sabes que yo soy muy torpe para esto, cariño
- Si, ya lo se.. - contesta mi hija con resignación

A grandes males, grandes remedios. Me he escapado un poco antes de la oficina y me he ido a Claire´s a hacer un cursillo intensivo. Como me han visto venir me han vendido hasta la última horquilla: el donut en dos tamaños y dos colores por si acaso, la redecilla, las horquillas rectas, de moño y de clip, un scrunchy, gomas sencillas.... Eso si, me han explicado muy amablemente que hasta las niñas de 10 años se lo saben hacer solas y que hay que ser MUY torpe para no ser capaz de hacer un moño con todo lo que me llevo. 

Hemos hecho algunas pruebas y, hombre, más o menos torcido, hemos conseguido un moño. 

Y, por fin, la mañana de la representación, armada con todo el surtido de pelo de Claire´s, dos botes de laca y uno de gomina, nos hemos puesto manos a la obra. 

- No te preocupes, mami, le he dicho a la profe que eres muy torpe y que igual me lo tenía que arreglar ella luego - dice Katie comprensiva, cogiéndome la mano.
- Gracias, mi amor....

Media hora despues, y con alguna maldición gitana por medio a mis amigas de Claire´s, ahí se ha ido mi bailarina, con su moño grapado a la cabeza con seiscientas horquillas (menos mal que la redecilla lo tapa todo) a darlo todo en el escenario. El festival de ballet ha sido maravilloso (gracias a la Fundación Victor Ullate, que coordina las clases del colegio) y mi hija ha disfrutado sobre las tablas como en su vida, está claro que tiene madera de artista (temperamento tambien). Después de la función, ha venido corriendo a abrazarme. 

- Mami, ha dicho la profe que el moño estaba perfecto - dice orgullosa

Prueba superada. ¿Cuántas más ocasiones tendremos de superar (o no) las expectativas de nuestros hijos....?