lunes, marzo 18

GRACIAS, PAPÁ

El jazz. El "Great American songbook": Gerswhin, Porter, Arlen, Carmichael... Anything goes y Five guys named Moe. Los valses de Strauss la mañana de Año Nuevo. La películas en blanco y negro: Capra, Hawks, Ford... Varias en color tambien. "La gran carrera", con Tony Curtis en technicolor. La pasión por Bogart después de una cuádruple sesión continua: El sueño eterno, El halcón maltés, Tener y no tener, Casablanca. Jardiel Poncela. Los comics: Flash Gordon, El hombre enmascarado, El Principe Valiente, Mandrake, el mago, La pequeña Lulú.. los mismos que ahora disfruta mi hijo. Jerry Lewis en "El Profesor chiflado" y Danny Kaye en cualquier cosa. Los deberes de matemáticas y de física con los que tanto sufrimos, estaba claro que no yo iba para ingeniero. La Formula 1, la pasión se me despertó mucho más tarde pero los rugidos de los coches fueron la banda sonora de muchas comidas de domingo en mi infancia. Las excursiones a la Boca del asno. El estreno de Star Wars y de Indiana Jones en el Palafox. Las cenas familiares durante toda mi infancia, hacia las 8 y con la tele puesta. Mariel o Margaux. Su presencia en todas mis funciones de teatro, desde mis más precoces actuaciones en el colegio hasta mis mejores papeles en el grupo de teatro del CEU, incluyendo aplausos feroces incluso cuando me tocó cantar.  El lago Okeechobee, que se nos resistió durante horas, un lago de leyenda que nunca estuvo allí. Nueva York; Disneyworld y los Estudios Universal. El British Museum. Vivaldi by candelight en Saint Martin in the fields. Su documentación y planificación exhaustiva antes de cada viaje (aunque no siempre infalible, ver referencia al Lago Okeechobee más arriba, pero con muchos más aciertos que fallos). El amor por las librerias abarrotadas y con olor a tinta. El bridge en las noches en Gandía y el cine de verano. Las lecciones para aprender a conducir, con el pánico apenas disimulado en aquellos primeros trayectos. Los carros de diapositivas, que siempre se enganchaban, llenos de pequeñas láminas inmortalizando los mejores momentos de nuestra infancia, solo hacía falta un carrete de 12 o de 36 fotos para captar un instante irrepetible, no como ahora que mi iphoto acumula más de 2.000 imágenes, en su mayoría prescindibles. . Las películas de Super 8. Nuestra pelicula de animación con los Clicks de Famobil, mucho antes de que Steve Jobs y John Lasseter imaginaran al vaquero Woody de Toy Story que tanto fascina a Nico. El amor por el Oriente de Asturias: los bufones, la ruta del Sueve, el Cabrales, Peña Tu, Ribadesella, Llanes y la mágica playa de Gulpiyuri...  El olor a habano y a tabaco de pipa. Sus instrucciones detalladas, mejor que cualquier navegador, para llegar a los sitios. La verdad siempre por delante. La familia por encima de todo. La honestidad en el trabajo. La ética del esfuerzo. Su brazo de camino al altar. Su abrazo fuerte el dia que murió mi abuelo. Su abrazo fuerte el dia que murió mi abuela. Su presencia en el viaje más importante de mi vida, el que me convirtió en madre por primera vez, y su cara cuando abrazó a nuestro pequeño cosaco. Su amor incondicional por todos sus nietos, a cada uno con y por sus diferencias. Su presencia callada, serena, sólida, fuerte como una roca, como las raíces que me aferran lo que soy, en todas las alegrias y las tristezas de mi vida. Más de la mitad de quien soy y más de la mitad de lo que espero estar enseñándoles a mis hijos.

Gracias Papá, por los millones de recuerdos inolvidables que conforman mi vida. Brindo por que nos queden otros cuantos millones por delante. 

Quizá sea verdad que lo inventó El Corte Inglés, pero no viene mal dar las gracias al menos una vez al año por tanto como nos has dado. Feliz Día del Padre.

1 comentario:

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