Venía oyendo un
interesante reportaje en la radio ayer con motivo del Dia de la Mujer
trabajadora sobre como Cruz Roja está desarrollando una actividad alertando sobre los vicios y malicias del lenguaje, en concreto, sobre como
el lenguaje patriarcal y machista influye en el rol y la visión de la mujer en
la sociedad. Creo que poca gente podria acusarme de ser machista o de no
defender a capa y espada los derechos de
la mujer pero con todos los respetos, la mitad de lo que escuché me pareció una
gilipollez.
Tenemos un idioma
maravilloso, rico y lleno de matices, un idioma que se declina en número y
también en género. Los anglosajones no tienen este problema ya que en la mayoria de los casos sus nombres son neutros. Seguro que los convencionalismos de nuestro idioma derivan de
otras épocas, no niego que de tiempos patriarcales, pero de ahí a tener que
multiplicar por dos nombres, pronombres y adjetivos para no herir sensibilidades, creo que hay un
trecho.
¿Estoy inculcando
valores machistas a mis hijos e hija cuando digo en genérico: “HIJOS, os
quiero”?, ¿se siente mi hija discriminada, vulnerada en sus derechos fundamentales
cuando aseguro “ os quiero a TODOS por igual?, ¿no debería darse por aludida
cuando grito enfurecida “apagad TODOS el ipad y a la cama”?. ¿Pensará todo el
mundo que minusvaloro o directamente ignoro a mi princesa cuando me preguntan
por mi familia y comento “los NIÑOS están fenomenal, muy mayores y
guapísimOS”?.
Amo la lengua
castellana, se que las palabras definen, nombran, hieren, animan, distinguen,
etiquetan, comparan, denotan, consuelan, elevan, desprecian, enamoran y
destruyen. Se que las palabras pueden usarse como el peor de los látigos o el
más curativo de los bálsamos. No menosprecio ni su impacto, ni su importancia.
Pero pongamos las cosas en su justa medida, hagamos evolucionar el lenguaje al ritmo
de los tiempos pero también del sentido común.
Antes de
destrozar el lenguaje, cambiemos las actitudes, las connotaciones, los
prejuicios, ya que si no seguiremos siendo perfectamente capaces de encontrar nuevas palabras y
expresiones que excluyan, discriminen y menosprecien aunque las declinemos en
ambos géneros.
Estamos llegando
a un extremo en el que un equipo de futbol femenino acabará siendo una equipa.
Si los pájaros son macho, ¿ya no se les puede decir las aves?. ¿Un delfín
hembra será ahora delfina?, y una ardilla macho será un ardillo?.
Pero por si
acaso mi actitud está condicionando a mis hijos e hija hacia valores y
actitudes contrarias al apoyo a la diversidad de género o mi escepticismo
respecto al lenguaje sensibilizado hacia la defensa de la mujer está
perpetuando actitudes machistas, diré para la posteridad que amo a todos mis hijos y toda mi hija por igual, que los
dos y la una son guapos y guapa a rabiar, que todos y toda alegran cada uno de
los días de mi vida con su sonrisa, que espero que se conviertan en hombres y
mujer de provecho y en bellísimas y bellísimos personas y personos.(¿o persona se puede decir?, ¿no es femenino y por tanto excluyente de los varones?)
Y, por supuesto y
a pesar de las limitaciones y vicios del lenguaje, no dejaré de repetirle ni un
solo día a mi hija que no existe limite ni barrera en el mundo que le impida
hacer aquello con lo que sueña, que tiene dentro de ella la fuerza y la
capacidad de luchar por lo que quiere y por aquello en lo cree, de no
conformarse, de demostrar lo que vale, de ser la mejor versión de si misma y de
cambiar el mundo, si eso la hace feliz. Es decir, lo mismo que le digo a sus
hermanos.
Feliz Dia de la
Mujer Trabajadora.
Estoy de acuerdo con tu apreciación. Siempre me ha parecido un error adulterar el lenguaje por estos temas. Nos seguiremos encontrando.
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